martes, 30 de junio de 2009

"Hay que tranquilizar a la población"



El nuevo ministro de Salud, Juan Manzur, sostuvo que "hay que tomar contacto con cada una de las realidades provinciales" ante la pandemia de gripe A y añadió que "a partir de un diagnóstico de situación certero hay que avanzar con medidas concretas".

Manzur indicó que "los fenómenos sanitarios, fundamentalmente las situaciones epidemiológicas que estamos viviendo, no son situaciones que se resuelven de un día para el otro". Destacó que "el país es amplio, con diversidades de abordaje y hay que tomar contacto con cada una de las realidades provinciales".

Puntualizó al referirse a la gripe A que "a ninguna enfermedad hay que minimizarla y menos una situación de pandemia", pero insistió en que "a partir de un diagnóstico de situación certero, hay que avanzar con medidas concretas".

Manzur sostuvo que "hay que tranquilizar a la población" y dijo que "hay medidas simples y concretas que hay que ir tomando".

Señaló que mantendrá "contacto con todos los actores de la salud y se tendrá que armar una mesa de discusión de la que saldrán medidas", ante la gripe A.

El ex ministro de Salud Ginés González García, actual embajador en Chile, destacó las cualidades de Juan Manzur designado como reemplazante de Graciela Ocaña al frente de la cartera sanitaria nacional. “Es una gran elección de la Presidenta”, evaluó y sostuvo que “es la persona indicada porque junto con el gobernador José Alperovich cambiaron la historia sanitaria de Tucumán”.

El ex ministro aseveró que “Manzur es un defensor de la atención primaria de la salud y tiene resultados para mostrar”, y agregó que “debemos colaborar todos, no sólo para enfrentar a la gripe y el dengue sino para volver a las políticas sanitarias que necesita la Argentina”.

Durante el ejercicio de su gestión como ministro de la cartera nacional de Salud, González García tuvo a Manzur como funcionario del área en Tucumán, y recordó que “fue un orgullo trabajar con él y poder colaborar con Tucumán y su política de salud”.

Médico y actual vicegobernador de Tucumán, Manzur fue anunciado por el jefe de Gabinete, Sergio Massa, como el reemplazante de la ministra de Salud Graciela Ocaña, por decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Ocaña había sufrido un prolongado desgaste en su gestión tras el largo conflicto con los profesionales de la Salud, que estuvo a punto de suspender la producción de vacunas para el año en curso.

La falta de respuestas ante la epidemia de dengue y la propagación del virus de la gripe A terminaron por sellar su suerte largamente prevista antes de las elecciones.


jueves, 18 de junio de 2009

NESTOR EN EL GANDULFO



















Con la imagén ampliada del doctor Ramón Carrillo a sus espaldas y el doctor Carlos Oviedo (director ejecutivo del hospital) a su lado, el ex presidente Néstor Kirchner advirtió hoy a Mauricio Macri y a su aliado Francisco De Narváez "que se olviden si quieren privatizar el sistema jubilatorio para dárselo a unos pocos para que lo usen en beneficio personal" y volvió con sus críticas a un sector de la prensa, especialmente "al grupo Clarín".

En un acto realizado con motivo de su visita al Hospital Gandulfo, de Lomas de Zamora, Kirchner sostuvo que: "Es un momento de estar atentos, están en juego los intereses de la mayoría del pueblo contra los intereses de un pequeño círculo, amparados por cierta prensa con el grupo Clarín a la cabeza".

Dijo que: "se tiene que terminar, y sepan todos los argentinos, que es tan grave el monopolio estatal de la prensa como el monopolio privado, con la diferencia que, muchas veces, el monopolio privado de prensa lo que busca es defender sus intereses económicos a costa del pueblo argentino".

"Macri, De Narváez, quieren privatizar el sistema jubilatorio para dárselo a unos pocos, para que lo usen en beneficio personal como lo hicieron desde 1994 a la fecha. Que se olviden", advirtió el primer candidato a diputado en la Provincia por el Frente para la Victoria en uno de los tramos más aplaudidos de su discurso.

Nestor dijo que: "nuestra presidenta va a estar al frente de los jubilados, va a estar al frente de la movidad jubilatoria y de los fondos jubilatorios, es una tarea esencial y central del actual gobierno".

Luego, explicó: "Tengan en claro, háblenlo boca a boca, porque esta gente, con otro ropaje, ya estuvo en los años 90 y fue la que se dedicó a bajar el sueldo de los jubilados, a vender el patrimonio nacional, a dejar a millones de personas que no se podian jubilar -y tuvimos que llegar nosotros-, que habían quedado en la calle en los años 90".

El ex Presidente insistió: "Ténganlo absolutamente claro, ténganlo presente quiénes van contra los intereses de la gente y del pueblo argentino, por más que nos presionen, por más que nos ataquen, por más que nos desacalifiquen, seguiremos trabajando para una patria para todos".

Y agregó: "es hora de demostrar que este pueblo tiene una conciencia clara, fuerte, y el 28 de junio, en las urnas, refrende las ideas libertarias de un país plenamente democrático, plenamente plural y con una prensa absolutamente abierta, y no manejada solamente por uno, dos o tres grupos".


lunes, 8 de junio de 2009

La fiebre de los chanchos


La gripe mexicana, gripe porcina, H1A1 o influenza A es una auténtica epidemia contemporánea: una epidemia mediática, mucho más virtual que real, mucho más amenaza que certeza, con su guerra de nombres por delante.


S
i me decidiera por fin a tratar de contar la degradación de la Argentina actual, iría a buscar ese edificio de Belgrano.

Los vecinos de un edificio de departamentos de Belgrano detectaron que una nena, hija de un escribano que vive o vivía en uno de sus departamentos estaba enferma de la fiebre chancha. Entonces convocaron a una reunión urgente de consorcio en la que decidieron –supongo que por mayoría, quién sabe por unanimidad– exigir a la familia de la nena que abandonara de inmediato el edificio. “No queremos que toquen los picaportes de la puerta de entrada, ni compartir pasillos y ascensores con ellos”, dijeron los vecinos, y, ante la presión, el escribano y los suyos se rajaron.

La gripe mexicana, gripe porcina, H1A1 o influenza A, es una auténtica epidemia contemporánea: una epidemia mediática, mucho más virtual que real, mucho más amenaza que certeza, con su guerra de nombres por delante. El mundo, últimamente, tiene de ésas: desde la última gran epidemia global real, el sida, han aparecido varias postulantes –y ninguna termina de confirmarse en la práctica pero todas tienen su minuto de fama. En el que varios ganan: los medios ganan, los laboratorios ganan, incluso los gobiernos ganan. No digo que todos ellos lo hagan a propósito para ganar; digo que ganan. Los medios ganan ventas, rating, atención; los gobiernos ganan la posibilidad de mostrarse atentos vigilantes preocupados eficaces; los laboratorios ganan mucha mucha plata.

Hay quienes piensan –siempre hay malpensados, decía mi abuela, hasta que se enteró de aquel refrán que reza: piensa mal y acertarás– que los laboratorios que producen supuestos remedios para estas supuestas epidemias ganan tanto que es difícil imaginar que no hagan un pequeño esfuerzo para que el mundo crea que existen.

Tamiflu, de Roche, por ejemplo, se vendió como pan caliente –como milllones y millones de panes calientes– gracias al miedo a la dizque gripe. Que ya lleva dos meses trabajando a pleno y resulta un fracaso.

Según el informe de la OMS del viernes pasado, la fiebre antes conocida como chancha ha causado en todo el chancho mundo 21.940 casos –de los cuales 11.054 en Estados Unidos y 5.563 en México– y 125 muertes –103 en México y 17 en Estados Unidos, demostrando que, como a toda dolencia, la favorecen los ambientes pobres. Su índice de mortalidad comparado con casi cualquier otra enfermedad es una bicoca y su grado de amenaza para la supervivencia del género es un chiste en un mundo donde se mueren a causa del hambre y la malnutrición 25.000 personas por día.

Frente a esas cifras, la fiebre ex chancha es un chiste malo, aunque eso no es nuevo: frente a esas cifras –que nos importan tan poco– cualquier cosa se parece a un chiste malo, pero el hecho de que los gobiernos los medios las personas se pongan como se ponen por una enfermedad, intolerable que lleva 125 víctimas en dos meses es un chiste malo de un gusto complicado. Y se hace más chiste en la Argentina porque, por una de esas casualidades patrias, la ex chancha es, aquí, un mal de ricos. Basta con ver la lista de los colegios que cerraron: privados los más, casi todos en los barrios caros, varios de ellos superexclusivos. La enfermedad plagada de nombres es, en ese sentido, lo contrario del sida, una peste que se encarnizó con los márgenes de la sociedad, homosexuales, drogadictos, presos. Aquí la tan nombrada, en cambio, se ha instalado en el centro: hasta ahora, la causa más habitual de contagio –o miedo del contagio– ha sido el viaje a Disney.

Tan en el centro está que provoca reacciones bien del centro: el edificio de Belgrano. Gente educada, más o menos rica, que podría informarse fácilmente e incluso pensar, pero que se dejó ganar por los medios, los miedos, la ignorancia y decidió que su supervivencia –que nunca estuvo seriamente amenazada– era más importante que cualquier otra consideración.

Debe de haber entre ellos muchas buenas personas, amorosos padres de familia, esposos dedicados, cristianos legítimamente preocupados por el sufrimiento de sus prójimos, patrones comprensivos, empleados cumplidores, pero, en el efecto colectivo, conforman un grupo de hijos de mil putas ratas egoístas a los que sólo les importa su pequeña parcela de bienestar personal por encima de cualquier otra cosa: tanto que son capaces de aceptar que son una manga de hijos de mil putas ratas egoístas a cambio de preservar esa parcela. Es un caso curioso, extremo de segurismo: de esta idea de que todos los males vienen de afuera y que todo lo que viene de afuera es malo mientras no se demuestre lo contrario, y que la mejor respuesta es encerrarse, amurallarse, cortar los vínculos con el espacio público.

Yo creo que esos señores merecen un castigo: que se haga pública su dirección –y si acaso sus nombres– y que podamos, cada vez que pasamos por delante de su plaza fuerte amurallada, mirarlos con el desprecio que tan bien se han ganado. Digo: que se hagan cargo de sus actos. Y que todos los demás también lo hagamos: las ratas nunca viven mejor que en los buenos basurales.

lunes, 1 de junio de 2009

Alegría gandulfera



Los trabajadores del hospital, las enfermeras, los médicos, asistentes y licenciados no sólo trabajan por el derecho a la Salud sino que cantan y se divierten junto a los vecinos...








2013